En una pequeña casa, a solo unos cuantos metros del río otún se encuentra la vivienda de Ana Milena Ibarguen, de 56 años de edad, hace dos vive en el lugar que compró con los ahorros de toda su vida.
Hoy, por la emergencia que ocurrió a pocos metros de su casa, ella y vecinos, tienen que desalojar sus viviendas, pero como muchos en el sector no tienen a donde ir y creen que luego de los 3 meses de arriendo que les prometieron por parte del municipio, queden en la calle.
Ana Milena Ibarguen, desalojada.
Dicen que en este lugar han cumplido con sus pagos de servicios y ahora no les dan soluciones.
Llorando pide que les resuelvan su situación, que les definen un lugar donde puedan tener un techo tranquilo para ella, su esposo y sus dos perros.
Pero uno metros más, allá, en el andén del frente, está Marleny Bueno, una mujer que está ubicada allí con sus pocas pertenencias y su nieta, a la espera que les de autorización de sacar sus pocas pertenencias, para llevarla a casa de un conocido, mientras les definen su situación.
Marleny Bueno, desalojada.